Las fuerzas opositoras de Honduras pidieron formalmente anular las elecciones del 26 de noviembre al alegar que fueron "fraudulentas", en un nuevo capítulo de la crisis política que ha sumido el país en el caos.

El partido izquierdista Alianza de Oposición Contra la Dictadura, del candidato Salvador Nasralla, afirmó la noche del viernes ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) que hubo "alteración por dolo de las actas del escrutinio".

"Ellos (los magistrados del TSE) saben que este proceso es totalmente fallido, es un proceso donde hay un robo por todos lados", aseguró Nasralla tras presentar el recurso.

El primer informe del TSE dio una ventaja de cinco puntos a Nasralla con el 57% de los votos, pero el sistema de cómputo sufrió posteriormente alteraciones intermitentes que dieron vuelta al resultado, poniendo al presidente Juan Orlando Hernández, que opta a la reelección, a la cabeza con 1,6% de diferencia.

La postergación del anuncio de los resultados finales avivó las denuncias de fraude.

La oposición y la formación de Hernández, el Partido Nacional (PN), han sacado a las calles a sus partidarios para reivindicar el triunfo, agravando la crisis política y hundiendo el país en la confusión.

Los enfrentamientos entre opositores y policías se han sucedido, al igual que los saqueos y los bloqueos de las principales carreteras.

Para acallar las protestas, el TSE empezó a recontar el jueves los votos que ingresaron al sistema durante la interrupciones. Se espera que el proceso dure cuatro días.

El Partido Liberal (PL, derecho), la tercera fuerza con 14% de los votos, presentó de su lado un recurso de nulidad por "violación de la Constitución y la ley electoral".

El abogado de la formación, Octavio Pineda, dijo a la prensa que Hernández es un "candidato ilegal" porque la Sala de lo Constitucional le permitió la reelección, prohibida en la Carta Magna.